Sol, tapabocas y piel

Cuidados y recomendaciones

El sol es indispensable para la vida y, por lo tanto, también para el organismo humano. Todos necesitamos que incida sobre nuestra piel, entre otras razones porque es la principal fuente de vitamina D, imprescindible para que el organismo pueda absorber el calcio, tan necesario para mantener los huesos fuertes y sanos. El sol también aporta otros beneficios pero un exceso de exposición conlleva riesgos muy concretos. Es por eso que hay que tomarlo en su justa medida y siempre con la protección adecuada.

El concepto de fotoprotección supone la adopción de diversas medidas preventivas y la utilización de productos destinados para tal fin: los fotoprotectores. Éstos son preparaciones (generalmente en forma de cremas) que tienen la finalidad de proteger la estructura y preservar la función de la piel humana contra el daño de los rayos solares UBV y UVA.

La fotoprotección no sólo implica la aplicación de un protector solar en crema, sino que también incluye una serie de recomendaciones de tipo general. La OMS recomienda estas medidas protectoras:

Limitar el tiempo que se pasa bajo el sol de mediodía. Los rayos UV son más fuertes entre las 11 y las 16 horas. Siempre es recomendable evitar la exposición al sol cuando la sombra que proyecta tu cuerpo es más corta que la altura.

Preferir la sombra.

Usar prendas protectoras como un sombrero de ala ancha para proteger los ojos, el rostro y el cuello.

Usar gafas de sol cerradas a los lados que den una protección de 99% a 100% contra las radiaciones ultravioleta A y B.

En las zonas de la piel que no estén cubiertas por la ropa, untar abundantemente y renovar con frecuencia un filtro solar de amplio espectro con un factor de protección solar (FPS) de 30+. Usalos siempre que hagas actividades al aire libre incluso en los días nublados y también en otoño e invierno. Aplicalos cada dos horas, luego de transpiración excesiva debido al ejercicio o luego de hacer actividades acuáticas. Estos no deben usarse con la idea de prolongar el tiempo que se pasa al sol y las personas que utilizan filtro solar para broncearse deben ser conscientes de la necesidad de limitar el tiempo que se exponen al sol.

Evitar las camas solares: el uso de estos aparatos antes de los 35 años de edad se acompaña de un aumento de 75% del riesgo de melanoma maligno. Las camas y las lámparas bronceadoras no deberían usarse a menos que sea bajo supervisión médica. La OMS recomienda prohibir su uso en los menores de 18 años.

No existe el bronceado saludable. No te olvides que tanto las quemaduras solares intermitentes como el bronceado paulatino aumentan el riesgo de adquirir cáncer de piel. La piel bronceada ha dejado de ser signo de vitalidad.

Proteger a los bebés y los niños pequeños: siempre se debe mantener a los niños a la sombra.

Tapabocas y cuidados de la piel:

Al colocarnos un tapabocas estamos atrapando aliento, sudor, cebo y transpiración lo que puede llevar a algunas reacciones en la piel de la cara. Por este motivo les acercamos algunas recomendaciones a tener en cuenta para cuidar la piel:

La elección del tapabocas es fundamental, tiene que ser de un material que permita respirar. Se recomienda algodón 100% y hay que evitar los de poliésteres y nylon. Es importante que no queden flojos y que cubran lo más posible de la nariz a la pera.