Lavate las manos
Hoy, más que nunca, tu salud y la de todos está en tus manos
Lavarse las manos es fácil y es una de las formas más eficaces de prevenir la propagación de microbios de una persona a otra y en toda la comunidad.
Para que el lavado sea efectivo es importante utilizar siempre jabón ya que facilita la frotación, lo que permite disolver la grasa y eliminar la suciedad. Si se usan adecuadamente, todos los jabones son igualmente efectivos para remover los gérmenes que causan enfermedades.
Es fundamental lavarse las manos frecuentemente y, sobre todo:
- Antes y después de manipular basura o desperdicios.
- Antes y después de comer, manipular alimentos y/o amamantar.
- Luego de haber tocado superficies de uso público: mostradores, pasamanos, picaportes, barandas, etc.
- Después de sostener en las manos dinero, llaves, animales, etc.
- Después de ir al baño o de cambiar pañales.
- Al llegar a tu lugar de trabajo.
- Al llegar a tu casa.
- Después de toser, estornudar o limpiarte la nariz.
- Recordá evitar llevar las manos a tu cara si estás fuera de tu casa.
Para un correcto lavado de manos tenés que seguir estos simples pasos:
- Enjuagarse bien las manos con agua limpia.
- Mojarse las manos con agua limpia (tibia o fría), cerrar la canilla y enjabonarse las manos.
- Frotar las manos con jabón hasta que haga espuma. Restregar la espuma por el dorso de las manos, entre los dedos y debajo de las uñas. ¡No olvides las muñecas! El proceso debe durar entre 40 y 60 segundos.
- Secarse con una toalla limpia, papel descartable o al aire, agitando las manos.
Mantener las manos limpias e higienizadas sigue siendo uno de los métodos más importantes de prevención de enfermedades y de contagio a otras personas.